¿Cuál es el impacto de las creencias de tus padres en ti y cómo se transmiten estas creencias a las generaciones futuras?

La forma en que nos educaron de niños sigue influyendo en nosotros de adultos. 

La forma en que fuimos criados determina la forma en que criamos a nuestros propios hijos, y esto significa que el ciclo de aprendizaje nunca termina. 

Los niños aprenden observando e imitando a sus padres, así que cuando los padres tienen un fuerte sentido de sí mismos y son capaces de gestionar de forma sana sentimientos difíciles como la ira o el miedo, es más probable que enseñen a sus hijos a hacer lo mismo.

Los diferentes niveles de desarrollo infantil que se dan en la infancia, la adolescencia y la edad adulta

Puede que pienses que las actitudes y el comportamiento de tus padres tienen poco que ver con tu forma de relacionarte con los demás cuando seas adulto. 

Pero, de hecho, tienen un enorme impacto en cómo se forman tus valores, actitudes y comportamiento.

Los distintos niveles de desarrollo infantil que se dan en la infancia, la adolescencia y la edad adulta se basan en lo mucho que aprendemos sobre nosotros mismos, los demás y el mundo que nos rodea durante cada etapa. 

Por ejemplo:

  • Los bebés (0-1 años) aprenden sobre su cuerpo explorándolo a través del tacto; también empiezan a desarrollar habilidades lingüísticas balbuceando o emitiendo sonidos como «mamá» o «papá».
  • Los niños pequeños (1-3 años) empiezan a ser más conscientes de sí mismos como individuos separados de sus cuidadores; por ejemplo, pueden insistir en vestirse solos aunque esto dificulte que mamá o papá se arreglen también. Los niños pequeños también empiezan a desarrollar habilidades sociales, como compartir juguetes con sus amigos en los grupos de juego, porque han aprendido lo que significa que alguien diga «¡no, gracias!».

El papel de los padres en la formación de los valores, las actitudes y el comportamiento del niño

El papel de los padres en la formación de los valores, actitudes y comportamiento de sus hijos es crucial. 

El niño aprende a ser persona observando e imitando a sus padres. Ellos son los primeros maestros que enseñan a sus hijos cómo comportarse en sociedad. 

Los padres son modelos para sus hijos; por eso no es de extrañar que si un progenitor tiene cualidades positivas como la honradez, la amabilidad o la generosidad, éstas se reflejen también en la personalidad del niño.

Por otra parte, si uno ha tenido malas experiencias con sus padres, esto puede afectar a su forma de relacionarse con los demás en el futuro.

fCómo influyen estas actitudes en la forma en que interactuamos con los demás cuando somos adultos

Puede que hayas aprendido que tus padres tenían grandes expectativas puestas en ti y no temían hacerte saber cuando se sentían decepcionados por tu comportamiento. 

Es posible que tu pareja proceda de una familia en la que no se imponía la disciplina, ni siquiera se utilizaba como herramienta para enseñar a los niños a distinguir el bien del mal. 

Ésta es una de las formas en que las actitudes de nuestros padres influyen en nuestra forma de interactuar con los demás cuando somos adultos.

Nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de desarrollar una relación sólida con su pareja; sin embargo, hay muchos factores que deben tenerse en cuenta antes de decidir si esta persona debe formar parte de su vida de forma permanente.

Lo más importante es comprender el ciclo del desarrollo.

Lo más importante es comprender el ciclo de desarrollo. No tienes por qué pasarlo solo, pero sí debes entender que es algo normal en la vida y por lo que pasan todas las parejas. 

Entender el ciclo de desarrollo te ayudará a ser más paciente con tu pareja y contigo mismo.

El ciclo de desarrollo es un proceso de cuatro etapas. Comienza con la fase de luna de miel, en la que todo es excitante y nuevo. 

Estáis completamente enamorados el uno del otro y os asombran las buenas cualidades de vuestra pareja. 

Después viene la fase de lucha de poder, que puede durar de meses a años, dependiendo de la pareja. 

Durante este tiempo, te sientes frustrado porque las cosas no van bien todo el tiempo. Algunas personas superan esta fase con rapidez y facilidad; otras, ¡no la superan en absoluto!

Conclusión

En resumen, hay muchas etapas de desarrollo por las que pasamos de niños a adultos. 

Lo más importante es comprender el ciclo de desarrollo para poder trabajar con nuestros interlocutores respetando tanto sus necesidades como las nuestras.

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