España tiene un viejo problema de fracaso escolar.
Los datos más recientes muestran que el 28% de los jóvenes españoles de 15 años no alcanzan las competencias básicas en lectura, escritura y cálculo.
Si esta tendencia se mantiene, podría tener consecuencias económicas a largo plazo para la futura mano de obra española.
Esto es especialmente preocupante dado el envejecimiento de la población del país y el descenso de la tasa de natalidad, que hará cada vez más difícil encontrar suficientes trabajadores cualificados en los próximos años.
En este artículo veremos a qué se debe el problema del fracaso escolar en España, sobre todo entre las mujeres jóvenes, y qué se puede hacer al respecto.
El curso escolar en España tiene un calendario desincronizado con el resto de Europa
El curso escolar en España no está sincronizado con el resto de Europa.
El curso escolar español comienza en septiembre y termina en junio, mientras que las escuelas europeas inician su año académico en agosto, por lo que terminan antes que las españolas.
Por eso muchos estudiantes pasan las vacaciones de verano estudiando para los exámenes: Tienen tiempo extra para prepararlos porque su curso escolar acaba dos meses antes de lo que lo haría si estuviera sincronizado con el de otros países.
Muchos niños españoles no empiezan el colegio hasta los seis años.
Muchos niños españoles no empiezan la escuela hasta los seis años.
Esto se debe a que el año escolar empieza en septiembre y termina en junio, lo que significa que un niño que empieza la guardería a los seis años habrá perdido un año entero de educación cuando esté preparado para el primer curso.
El problema de este planteamiento es que muchos niños no están preparados desde el punto de vista del desarrollo para la escolarización formal cuando empiezan la guardería a los cinco o seis años.
Los niños necesitan ser capaces de seguir instrucciones y sentarse en silencio durante la clase antes de poder beneficiarse de una educación – ¡y sin embargo se espera que muchos estudiantes españoles lo hagan tan pronto como entran en su primera aula!
Cambiar la estructura de la jornada escolar podría ayudar a resolver algunos de estos problemas; sin embargo, no hay una solución fácil, ya que todo el mundo tiene opiniones diferentes sobre lo que funciona mejor (y sobre si debería haber algún cambio).
En su primer año, los niños no pueden practicar deportes ni otras actividades extraescolares.
En su primer año, los niños no pueden practicar deportes ni otras actividades extraescolares.
De hecho, ni siquiera se les permite salir de clase durante los recreos. Esto se debe a que los colegios españoles empiezan a las 8 de la mañana y terminan a las 3 de la tarde, un horario que difiere mucho del de otros países europeos.
Esta diferencia tiene un impacto negativo en la salud y la felicidad de los estudiantes (así como en sus notas).
La falta de ejercicio puede conducir a la obesidad, que causa problemas de salud más adelante en la vida; del mismo modo, pasar demasiado tiempo en casa puede hacer que los niños se sientan deprimidos.
Cambiar este sistema permitiría a los niños de toda España tener más oportunidades de actividad física y estimulación mental fuera del horario escolar y, por extensión, mejorar su calidad de vida en general.
El sistema escolar español no es el único que tiene problemas. De hecho, muchos otros países del mundo tienen problemas similares con sus sistemas educativos.
Por ejemplo, en Grecia e Italia, los niños tienen que ir a la escuela durante más tiempo que en la mayoría de los demás países: desde las 8.30 hasta las 18.00, cinco días a la semana.
El calendario se puede cambiar.
El calendario se puede cambiar.
El curso escolar en España no está sincronizado con el del resto de Europa y es muy fácil cambiarlo.
El calendario actual se estableció en los años 60, cuando España acababa de salir de una dictadura e intentaba modernizar su sistema educativo.
En aquella época, la mayoría de los países europeos ya habían adoptado sus propios calendarios décadas antes, por lo que esta decisión se tomó sin pensar demasiado en cómo afectaría a la vida de los estudiantes fuera de la escuela o a sus futuras carreras (que a menudo se eligen en función de los horarios universitarios).
El curso escolar español comienza en septiembre y termina el 30 de junio. Los estudiantes tienen dos vacaciones de verano: una en junio y julio, y otra en agosto.
La mayoría de los países europeos siguen un calendario diferente, lo que significa que el curso escolar en España no está sincronizado con el del resto de Europa.
Conclusión
En conclusión, está claro que el calendario en España no es el ideal para los escolares. Se puede cambiar con un poco de esfuerzo tanto de padres como de profesores.
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