¿Por qué empiezan las clases a finales de verano y no en enero?

Llevas todo el verano sin ir a la escuela y estás listo para volver a la rutina. Pero, ¿por qué empiezan las clases al final del verano? ¿Por qué? Parece tan aleatorio. 

Pues resulta que hay una buena razón para que las clases empiezan al final del verano y no en enero o febrero, y se remonta a cientos de años atrás. 

Así que si te preguntas por qué el octavo curso dura sólo seis semanas (pista: no tiene nada que ver con los exámenes estandarizados), ¡sigue leyendo!

Mi antepasado, el Papa Gregorio XIII, reformó el calendario

Quizá no lo sepa, pero mi antepasado, el Papa Gregorio XIII, reformó el calendario. Fue él quien lo cambió de juliano a gregoriano. 

Fue un gran acontecimiento que ocurrió en 1582 y nos facilitó mucho la vida al hacer que el tiempo fuera más exacto.

El antiguo calendario juliano tenía un día más cada cuatro años debido a un error con el tiempo que tarda la Tierra en orbitar alrededor del Sol (365 días, 5 horas y 48 minutos), pero ahora utilizamos el gregoriano, que no tiene ningún día más. 

El calendario gregoriano tiene un año bisiesto cada cuatro años, lo que significa que el mes de febrero sólo tiene 28 días. Esto hace más fácil calcular cuántos días tiene un año y cuánto dura cada mes. 

También nos ha facilitado mucho la vida al hacer que la hora sea más precisa, ya que ahora podemos decir que son las 15.15 horas en lugar de decir «después del mediodía» o «antes del anochecer» (que habría sido más exacto).

Es una motivación para aprender

Quizá se pregunte por qué las escuelas no empiezan en enero. Hay varias razones para ello, y todas están relacionadas con la motivación de los estudiantes.

En primer lugar, empezar las clases en pleno verano significa que los alumnos tendrán más tiempo entre el final de un curso y el comienzo del siguiente. 

Esto significa que tendrán más oportunidades de olvidar lo que han aprendido antes de volver a clase, ¡especialmente si no practican sus habilidades durante las vacaciones!

En segundo lugar, los estudiantes tienden a estar más motivados cuando empiezan al principio de un calendario académico en lugar de justo después de que termine; esto les da más tiempo para reflexionar y prepararse antes de su primer día de vuelta al colegio (y les hace menos propensos a retrasarse). 

Por último, muchos padres quieren que el primer día de vuelta de vacaciones de sus hijos sea lo más emocionante posible para que todos puedan disfrutar de estar juntos de nuevo; empezar pronto da a todos suficiente tiempo de antelación para que nadie se sienta apurado o estresado durante esta ocasión especial.»

Asignación de recursos

La asignación de recursos es un gran problema para el Ministerio. El Ministerio de Educación tiene que decidir dónde gasta su dinero y cuánto quiere gastar en profesores, escuelas y alumnos. 

También tiene que asignar recursos al desarrollo de los planes de estudio, la formación de los profesores y el mantenimiento de las instalaciones. 

El objetivo del Ministerio es asignar recursos de modo que mejore el rendimiento de los alumnos. 

Asignar recursos para nuevos profesores e instalaciones ayuda a garantizar que haya suficientes profesores en las aulas, lo que permite a los alumnos recibir más atención de sus instructores. 

Gastar dinero en la formación del profesorado garantiza que los nuevos maestros tengan los conocimientos y habilidades necesarios para educar eficazmente a los niños.

Encajar las vacaciones de verano con los calendarios escolares tiene sentido.

Las vacaciones de verano son una buena forma de motivar a los niños para que aprendan. Les da algo que esperar y les mantiene centrados en sus estudios durante el curso escolar, lo que a su vez es beneficioso tanto para los alumnos como para los profesores.

Las vacaciones de verano también ayudan a asignar los recursos de forma eficaz. 

Si las vacaciones de verano empiezan antes en el año, habrá más tiempo disponible durante otras temporadas en las que la gente necesita servicios como atención médica o educación (por ejemplo, campamentos de verano). 

Esto permite a todos los implicados en la prestación de estos servicios -médicos, enfermeras y profesores- descansar antes de empezar a trabajar de nuevo una vez finalizadas las vacaciones de invierno.

Conclusión

En conclusión, tiene sentido que las escuelas empiecen en verano. Es mejor para los alumnos, los profesores y las familias. 

El curso escolar es demasiado largo y las vacaciones de verano demasiado cortas. Los estudiantes no pueden disfrutar plenamente de su tiempo libre porque tienen que hacer muchos deberes. 

No pueden jugar al aire libre con sus amigos porque tienen que hacer todos sus deberes, o pueden necesitar ayuda extra de sus padres.

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